¿La Era de las áreas metropolitanas en EEUU?
Leo en governig.com un artículo de Peter Harkness titulado “ The Metropolitan Era”. En él comenta el autor que las ciudades, y sus áreas circundantes, son los “ladrillos” , la base, de la nueva economía, a la vez, global y local.
“Olvídate de los Estados. Son el ayer. El “ahora” es metro. Pero eso no tiene que ver con una orientación sexual o diseño de muebles. Estamos hablando de áreas metropolitanas: las ciudades con sus conurbaciones y entorno de influencia. De la metronación».
Y continua: “Durante décadas, el columnista y experto en temas urbanos Neal Peirce, ha clamado sobre la importancia de la “citistates” a las que define como “ una o más importantes ciudades rodeadas por villas y pueblos las cuales comparten una identidad, y funcionan como una zona de comercio y comunicación. Caracterizadas por una social, económica y ambiental interdependencia.
”Ahora, una importante institución la “Brookings Institution’s Metropolitan Policy Program” se ha embarcado en un ambicioso y clarividente esfuerzo para cambiar la forma en que miramos al país y su economía, con la esperanza de influenciar el debate durante la campaña electoral y la forma de hacer política para la próxima nueva administración y nuevo Congreso.
El mensaje a transmitir: las 100 más importantes áreas metropolitanas de los EEUU. Cubren sólo el 12 por ciento de la masa de tierra nacional pero son el hogar de dos tercios de su población y sus trabajos. Y contienen la mas extensa “actividad innovadora”: 78 por ciento de las patentes, 75 por ciento de sus graduados el 94 por ciento de la inversión y se puede seguir dando cifras – ver gráfico en parte superio-… En total generan las tres cuartas partes del producto interior bruto. Si añadiéramos las otras 200 menores áreas metropolitanas del país, verdaderamente estaríamos comprendiendo una “metropolitan nation “ una nación , pues, de áreas metropolitanas.
El antedicho Peirce pone estos datos en su contexto: “como actor económico, las principales U.S: “citistates” compiten en tamaño con las mayores naciones. En producto Interior Bruto la región metropolitanan de New York sería la 13ª principal economía, por delante de Australia y Argentina. Los Ángeles “ciudadestado” tendría un mayor potencial económico que Corea. Chicago, y su área , una economía superior a Taiwán o Suiza. “ “ y podríamos continuar, dice Peirce, pero así es como es; “nuestro mundo se está reorganizando a sí mismo. Lejos de la vieja manera de pensar (federal, estatal, local) por una nueva forma: global, regional y vecinal.
El primero de los dos informes del Brookings señala que: “En la amplia red de la economía global la principales áreas metropolitanas se ven separadas por prejuicios políticos, las costumbres y el lenguaje; del anacrónico concepto exclusivo , en cierto sentido, de las naciones-estados; pero el comercio, la emigración y la inversión vinculan más, por ejemplo, a la ciudad de Seatle con Shanghai que con Sacramento en California.
«El problema es que Washington no percibe eso, continua el autor. Los administradores Federales ven sólo una economía u ocasionalmente quizás 50 economías estatales; y la población está dividida en 435 distritos de congreso. Los responsables federales “ adoptan políticas que no comprenden del todo de qué manera nuestras áreas metropolitanas dominan el funcionamiento de la economía”, y el Brookings informe argumenta que “ cargan a los diversos lideres de las áreas metropolitanas con difusos y fragmentarios programas que , en el fondo, no pueden paliar los interrelacionados problemas públicos que se encuentran compartidos a través de las fronteras administrativas locales».
«Estamos pagando el precio por esa miopía. La productividad está decayendo. El relevo de ingenieros y científicos está disminuyendo. La investigación y desarrollo ha declinado; la educación superior, antes en vanguardia, está empeorando. Las pautas de crecimiento están creando una situación donde engullimos tierras de cultivo, incrementando los tiempos de ida y vuelta al trabajo, mientras arrojamos toneladas de gases de efecto invernadero al aire».
”En resumen, los informes de Brookings concluyen : “estamos ignorando los verdaderos motores de la economía y calidad de vida que ahora disfrutamos: nuestras áreas metropolitanas.
Para rectificar, abogan por invertir en educación y formación, particularmente en los nuevos emigrantes; en infraestructura y movilidad, en capital intelectual y en servicios –librerías, museos, espacios públicos… – que atraigan a la gente a los centros urbanos.
Y Brookings aboga por un cambio en las relaciones intergubernamentales que deben hacerse más holísticas y flexibles. De acuerdo, “invertir” es la clave y “más ayuda federal”; esta y otras recomendaciones como la Fundación para la Innovación Nacional serán vistas escépticamente por el Congreso. Duda que un grupo que no presenta ni dinero ni votos directos, en principio, afectará al debate de las campañas electorales.
Pero los informes de Brookings pueden ejercer alguna influencia éste año. Sólo diez días después de la presentación de los informes, Barack Obama – ver aquí mi post sobre el candidato – habló en Miami en el encuentro de Alcaldes . En un lenguaje similar a los dos informes, dijo que la administración federal debería “dejar de ver a nuestras ciudades como el problema y comenzar a verlas como la solución. Porque ciudades fuertes construyen regiones fuerte, y regiones fuertes son esenciales para una América fuerte”.
Pero el candidato demócrata también dejó claro que ahorrar, desde la admon. local, para estos equipamientos e infraestructura colaboraría en dicha direcció; los alcaldes no deberían esperar un gran incremento de ayuda de la administración central. El déficit federal, dijo, es demasiado importante”.
Todo esto se integra, claramente, en la información facilitada, en días anteriores, por el Alcalde de Miami Manny Díaz – ver post anterior– que comparte, y subscribe, las mismas inquietudes del estudio. Estoy convencido que similares informes y miopías se darían en casi todas las naciones-estado y la clase política de la mayor parte de las estados y bloques económicos.
En el mejor de los casos, EEUU, y algunas de sus instituciones y ciudadanos, se atreven a poner el dedo en la llaga, y enfrentar con creatividad el problema; lo que, tal vez , permitiría un diagnóstico fiable para atajar los cambios que se avecinan. Por la buena marcha de todos.
Fuente: governing.com
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