De hecho, el documento reconoce aspectos positivos de la actual administración municipal, pero menciona una serie de puntos críticos que aún no han podido alcanzar visos de solución, como el transporte público, la seguridad ciudadana, los asuntos ambientales, las finanzas e inversiones públicas.
 
PISTAS CAÓTICAS. Respecto al transporte público, la evaluación de Ciudad Nuestra califica de positiva la creación del Metropolitano. No obstante, se mencionan como temas pendientes la creación de una autoridad única de transporte metropolitano -dependiente del municipio- que ponga orden en Lima. La ausencia de este ente está causando conflictos de competencia, desorden y falta de autoridad en la definición y aplicación de políticas.

Asimismo, falta la preparación de programas piloto de rutas racionalizadas y de empresas reestructuradas con los programas de renovación y chatarreo de la flota de transporte público , así como la eliminación progresiva de combis y colectivos.

«Castañeda está sacando adelante el proyecto del Metropolitano, pero muy lentamente. Para concretarlo se va a necesitar, además, de un cambio cultural radical en transportistas y pasajeros, porque el proyecto tiene un principio ordenador del sistema de transporte», expresó García Melgar.

A juicio del concejal, las revisiones técnicas vehiculares no deberían ser consideradas un problema, sino una oportunidad para corregir errores pensando en el futuro. 

Para Gino Costa, la inversión en la infraestructura vial del Metropolitano es positiva. «Pero si no va acompañada de una adecuada racionalización de las rutas y de la necesaria transformación de los operadores en empresas modernas, el transporte no mejorará. Pedimos que se dé a conocer cuáles van a ser esas nuevas rutas porque, insisto, sin los cambios mencionados, el nuevo sistema no funcionará, y este es un tema que no se está discutiendo», expresó el ex titular del Interior.

SEGURIDAD. La evaluación se torna más crítica en el tema de seguridad ciudadana. Pese a reconocer la importancia de la distritalización policial, se señala que los concejos Regional y Provincial de Seguridad Ciudadana siguen sin funcionar, mientras que falta concretar un adecuado mecanismo de cooperación entre la Policía Nacional y el gobierno regional y municipal de Lima.

«Para nuestro alcalde la seguridad es una cosa ajena, no es su problema y así lo hizo saber en la campaña. Es más, este año José Tisoc Lindley renunció a la presidencia de la comisión de Seguridad Ciudadana del Concejo Metropolitano. Lindley es un ex director de la Policía que no quiso seguir porque sus propuestas no fueron escuchadas», agregó Melgar.

El informe puntualiza que no existe un Plan Metropolitano de Seguridad Ciudadana, mientras que el servicio de serenazgo -integrado a la policía municipal- espera una reestructuración para mejorar el servicio en el Cercado.  «A pesar de algunas falencias, la distritalización de la Policía ha sido una iniciativa positiva», opinó Costa. De esta forma, acotó el ex ministro, lo que se busca es que la PNP y el serenazgo, en vez de duplicar esfuerzos, procuren una conjunción de objetivos para hacer más efectiva la lucha contra la criminalidad.

Costa y Melgar coincidieron en señalar que el ejemplo de la distritalización debería ser emulado por el Ministerio Público y el Poder Judicial.

GESTIÓN. El punto más crítico abordado por el mencionado estudio es el del buen gobierno. El informe cuestiona la casi nula participación del burgomaestre Luis Castañeda Lossio en las sesiones del Concejo Metropolitano y la restricción que enfrentan los propios regidores para acceder a la información pública relevante.

Asimismo, la evaluación considera que de parte de la administración edil hay «poca transparencia y subestimación del interés ciudadano por la información completa y oportuna», y que un tema tan importante como la discusión presupuestal en el Concejo Metropolitano «es limitada y se lleva a cabo sin la información necesaria».

También se llama la atención sobre la ausencia de un Plan de Desarrollo Metropolitano y Regional. «La profusión de obras físicas, sobre todo viales, no forma parte de un desarrollo estratégico de largo plazo; se insertan más dentro de un plan de obras que de un proyecto de ciudad. Pareciera que tal o cual obra se decide ejecutarla más en función de prioridades políticas del alcalde y de disponibilidad financiera que del cumplimiento ordenado de un plan metropolitano de inversiones», señala el documento.

¿La participación ciudadana? Es inexistente, según el análisis de Ciudad Nuestra, pues no se promueven mecanismos participativos abiertos y permanentes. En general, el documento subraya que «no hay una política de rendición de cuentas» en la actual gestión edil.  
«Castañeda tiene un estilo personal reñido con las prácticas democráticas. Ojalá la evaluación provoque alguna reacción en la alcaldía, porque las ciudades que han podido resolver sus problemas lo han hecho combinando eficiencia, transparencia y participación ciudadana. Nuestra contribución ha sido objetiva y desapasionada», refirió Costa.

FINANZAS. La eficacia del SAT en la recaudación de ingresos municipales es reconocida por el estudio de Ciudad Nuestra, ya que se estima en unos 900 millones de soles lo percibido por el ente recaudador -200 millones más que lo inicialmente calculado-.

En cuanto a la renovación urbana del Centro Histórico, poco es lo que se ha avanzado, según la evaluación, ya que el 17 por ciento de los inmuebles siguen desocupados, representando un área de un millón y medio de metros cuadrados inhabitados, que equivalen a casi todo San Isidro.

Acostumbrados al silencio, es hora de que los ciudadanos empecemos a tomar parte de la recuperación de Lima con nuestra participación activa. 

Por Alonso Izaguirre,en Peru21,com