Hacia habitats, y comunidades, autosuficientes: el ejemplo de El Hierro.
Un claro ejemplo de comunidad energéticamente autosuficiente que – si todo va bien – alcanzará a finales de este año el estatus de “primera isla del mundo libre de emisiones de carbono”, es el de la isla de El HIERRO.
[…] Se trata de desarrollar una especie de central hidro-eólica, donde el exceso energético producido por los aerogeneradores, se empleará para desalar agua de mar, y bombear ese agua dulce a una especie de caldera artificial arriba en las montañas. La idea es – aparte de incrementar el volumen de agua dulce para los cultivos a la isla – que ese mismo agua pueda “desembalsarse” y generar electricidad moviendo la clásica turbina hidroeléctrica, cuando los vientos amainen. Resumiendo, este agua actúa como un sistema de almacenamiento energético. Leemos en http://www.maikelnai.es/2009/03/20/comunidades-autosuficientes-el-ejemplo-de-el-hierro/.
Y si de habitat sostenible se trata, merece el esfuerzo leer el artículo »HACIA UN HABITAT AUTOSUFICIENTE» de Vicente Guallart, arquitecto, y director de Guallart Architects y del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (EL PAÍS, 28/03/09):
¿Puede la actual crisis ser un estímulo para desarrollar una nueva economía en torno al desarrollo eco-eficiente? España es un referente mundial en el desarrollo de infraestructuras urbanas, construcción de equipamientos y espacios públicos, diseño de viviendas innovadoras y de buena arquitectura. Y es un líder en la producción y gestión de energías renovables. El equivalente a los automóviles eléctricos que hoy se desarrollan en Estados Unidos, Alemania o Japón con los que se pretende impulsar una nueva etapa económica global, puede tener su replica en los eco-barrios, edificios autosuficientes, y diseños de viviendas avanzadas que se pueden desarrollar en España. ¿Es posible superar los debates respecto a la crisis de la economía del ladrillo y centrarse en la oportunidad del desarrollo de nuevos modelos de hábitats autosuficientes, con los que mejorar nuestra calidad de vida, y presentarse al mundo?
La sociedad de la información y el mundo en red, ha cambiado la manera como habitamos las ciudades, pero no ha cambiado las ciudades. Siguen siendo diseñadas y construidas con parámetros propios de la sociedad industrial, disfrazadas en ocasiones con dosis de sostenibilidad. Las actuales circunstancias económicas son un fantástico punto inicial para afrontar la transformación física de los espacios que habitamos de acuerdo a nuevas reglas relacionales. ¿Cómo se aplica el modelo distribuido de Internet a la habitabilidad del mundo?
La sociedad industrial se ha caracterizado por resolver las necesidades humanas a través de grandes infraestructuras que abastecían a millones de personas. Energía, alimentos y bienes se producían de forma centralizada con estructuras creadas para resolver necesidades a la escala global, que luego necesitaban mecanismos logísticos para llevar a la escala individual dichos productos. Estas estructuras funcionaban porque había trabajadores que producían y millones de consumidores que consumían. Ahora, si no consume, el mundo no funciona. Y si se consume, el planeta se degrada.
Sin embargo, a los trabajadores-consumidores de la era industrial les pueden suceder los creadores-productores conectados de la sociedad de la información capaces de producir casi cualquier recurso de forma local a partir de un know-how que se comparte en red. Éste es probablemente el gran cambio de paradigma, que va a transformar la economía y que debe transformar la habitabilidad del territorio.
Frente a un modelo con pocos centros de producción que abastecían a millones de personas con el mismo producto, Internet fomenta la relación de millones de personas que producen contenidos diversos y que permiten personalizar tanto el momento como el producto producido y la manera como se intercambia con otros nodos de la red. La aplicación de estas estructuras, a la construcción del mundo físico, fomentaría el desarrollo de estructuras autoorganizadas tendentes a la autosuficiencia, capaces de crear y mejorar calidad de vida, y consumir menos recursos.
La autosuficiencia conectada es el límite de la sostenibilidad. Este era un concepto basado en buenas intenciones, no definible a partir de parámetros precisos, y ya vacío de contenido por su uso indiscriminado para justificar casi cualquier acción sobre el territorio. La autosuficiencia conectada plantea seguir los principios autoorganizativos propios de los sistemas naturales, que tienen por principio esencial la perdurabilidad en el tiempo con el menor consumo energético. Más que confiar en un desarrollo sostenible, hay que iniciar un proceso proactivo de dotación de estructuras eco-eficientes del territorio construido y de producción de excedentes energéticos en los nuevos desarrollos.
Y varios de los elementos básicos de la habitabilidad de las personas, directamente relacionados con las estructuras que habitamos pueden ser transformados siguiendo principios nuevos: podemos continuar leyendo en BITACORA ALMENDRON.com., los nuevos principios que nos permitan contribuir a la autosufiviencia y sostenibilidad para posibilitar la cohesión, compettitividad y solidaridad.